Pues bueno chicos, hoy os vengo a contar y a presentar la historia de 2 chavalitos que conocí hace unos cuantos meses por mediación de mi forma de vida, el Carpfishing.
Son dos personas a las que he cogido un cariño especial y que he ido enseñando hasta mis secretos más íntimos en este mundillo; aún sigo enseñándoles aunque no os penséis que yo no aprendo de ellos porque también lo hago y esta vez os vengo a contar una sesión que he echo con ellos en un puestito urbano.
En anteriores posts los habréis visto pero ya nada es como antes, estos 2 ya carperos ya no son pescadores domingueros como lo eran antes. Han ido avanzando, aprendiendo y probando diferentes técnicas hasta el punto que en esta última sesión me han untado el morro; han sacado peces señores y sin mi ayuda, y yo me he ido de bolo jijiji ¡ole, ole y ole!
Mis enanos dando guerra y ahora les viene lo bueno, van a poder demostrar lo aprendido en todo este tiempo y si, se meten en la competición.
Y me tendrán de rival pero nada, los amigos jamás son rivales sino compañeros sea donde sea y de la manera que sea porque como bien les he inculcado nadie es mejor que nadie y hay que enseñar para que el río esté lleno de buenos pescadores.
Comienzan las sesiones express, Pelayo y Rubén Vs Jorge Cacho, ¿que sucederá? Los alumnos frente al maestro.
Empieza la fiesta, mis cañas empiezan a arrancarse pero los peces no se clavan...comienzan los problemas y los peces en mi zona parece que comen mal o que hay algo en el fondo que les dificulta la clavada. Tras varias picadas descubro que una zona de enganches está próxima a mi postura y que quizá los peces sean pequeños barbos que no llegan ni a clavarse o que consiguen desclavarse en sus defensas naturales.
Pelayo y Rubén en cambio han tenido más suerte y no se la han querido jugar tanto hasta que empiezan a tener resultados... A mi los peces me fallan y pierdo una hermosa carpa común en unos troncos sumergidos de la orilla; no siempre se gana amigos y menos en el salvaje Ebro.
Tras muchas arrancadas fallidas y pérdida de varios peces parece que las cosas se complican, no era mi día pero si el de los enanos... Pipipipipipipiiiiiiiiiii arrancada con sabor de una buena locomotora en la caña de Pelayo. ¡COME ON BRO! Y...¡Carpa a la moqueta! 8,200 kg.
Mientras yo sigo probando diferentes montajes para intentar clavar alguna captura estos 2 gamberros siguen obteniendo resultados con montajes simples pero muy efectivos. Mi zona es complicada para sacar de ahí los peces pero estoy teniendo muchas picadas, me gustan los retos y continuaré hasta el final pase lo que pase.
Un par de barbos visitan las manos de mis compañeros, ¡mama mía que repaso me están dando!
El día sigue tranquilo, empieza a soplar viento y parece que los peces no quieren comer. Con las cañas tranquilas y sin picadas tenemos la visita de un molusco del Ebro, en este caso un mejillón autóctono y de otro de mis alumnos, en este caso Jorge León.
Y como no...¡Fotitos para el recuerdo!
Este día terminó, pero esto no iba a quedar así y yo quería revancha. A los días siguientes decidimos volver pero en este caso Rubén no pudo asistir dejándonos en un mano a mano a mi y a Pelayo.
Sesión de 12 horas, desde el mediodía hasta la noche que me iba a brindar un trofeo muy preciado y alcanzar otra de mis metas en el Carpfishing por segunda vez.
En este caso decido pescar en mis cañas con anzuelos del número 8 a ver si así me clavan mejor los peces; las horas van pasando y la actividad escasea sin dejarnos oir ni un simple pitido.
Llega el anochecer y una intensa carrera en una de mis cañas hace que mi alarma pite sin parar... pipipipipipipipipi y carpa clavada. ¿Que me espera al otro lado de la línea? Vaya pelea, vaya pez más fuerte, parece que es una mamita... de cachondeo comentamos: !HUELE A MAMITA!
Mientras estoy luchando mi captura se me arranca la otra caña, ¡mama mía como están mis posturas!
Consigue sacar una pequeña común Pelayo con mi caña y yo sigo luchando con mi carpa... y tras nerviosismo y adrenalina en estado puro consigo meterla a la sacadera.
Mi cara era un poema en esos momentos ¡vaya pepona me ha salido en un lugar urbano que no nos podíamos imaginar que puediera habitar en esas aguas!
Y si señores si, he conseguido superar la barrera de los 10 kg en mi tierra (La Rioja) por segunda vez. Una meta difícil de conseguir en estas aguas pero ahí la tengo, 10,500 kg de pura común de río.
¡SIEMPRE CAPTURA&SUELTA!
El día continuaba y en mi caso ya me iba contentísimo para casa pero esto no iba a quedar así, antes de recoger para irnos a casa las cañas de Pelayo empiezan a dar guerra y le dan un par de capturas.
En este caso, un barbo de 2,500 kg y una carpa de 4,300 kg.
Nadie es mejor que nadie, el alumno puede sacar más que el maestro. Ya tengo a mis 2 pequeños preparados para cualquier batalla, ¡que grandes sois y que rápido aprendéis jodidos!
Prontito repetimos, toca pensar en la competición.
Un placer realizar sesiones con vosotros, poder enseñaros y disfrutar viendo como obtenéis resultados,
¡Mucha suerte y hacerlo como sabéis! ¡Go Carp!
Jorge Cacho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario